* El legado de los dragones.

Hace muchos años, en una pequeña y olvidada aldea en medio de un espeso bosque, los aldeanos celebraban Halloween de una manera única. En lugar de disfraces y calabazas, su celebración se centraba en antiguas leyendas y mitos de dragones. La aldea había estado rodeada de misteriosas historias de dragones durante generaciones, y la noche de Halloween era cuando estas historias cobraban vida.

En la noche de Halloween, la aldea se iluminaba con antorchas y velas, y los aldeanos se reunían alrededor de una gran hoguera en el centro de la plaza del pueblo. Los ancianos contaban historias sobre dragones que habían acechado la aldea en el pasado y cómo habían logrado sobrevivir a sus ataques. Todos escuchaban con fascinación y temor, aunque muchos dudaban de la veracidad de las historias.

Esa noche, un forastero llegó al pueblo. Era una mujer de aspecto misterioso, vestida con un abrigo largo y una capucha que ocultaba su rostro. Se presentó como Dravina pero su nombre real era Hollys Armonetto y afirmó ser una Drakania, sucesora de los mismos dragones que gobernaron en la antiguedad. Dijo que había seguido las leyendas de dragones hasta la aldea y que había venido a ayudar a los aldeanos a enfrentar la amenaza que acechaba en la oscuridad.

Los aldeanos se mostraron escépticos ante las afirmaciones de Dravina, pero, ante la posibilidad de protección contra los dragones, la invitaron a unirse a la celebración de Halloween. A medida que avanzaba la noche, Dravina compartió historias sobre sus hazañas como sucesora de dragones y explicó cómo planeaba enfrentar a la bestia que, según ella, pronto llegaría.

La luna llena se alzó majestuosa en el cielo, y un viento gélido susurró a través de los árboles. En ese instante, un rugido profundo retumbó en el bosque, y los aldeanos sintieron un temor genuino. La bestia que emergió de las sombras era un dragón antiguo, con escamas rojas resplandecientes y ojos dorados que parecían encenderse como el fuego. Dravina, mitad humana y mitad dragón, desplegó sus habilidades únicas en esa encrucijada.

En medio de la épica y aterradora batalla, el cielo se iluminó con el fuego de sus choques, y los relámpagos parecían danzar en la oscuridad. Dravina desató su feroz aliento de dragón, envolviendo al colosal dragón en llamas ardientes, mientras sus garras resplandecían con un fulgor mágico. Sus ataques especiales, fruto de su herencia mitad dragón, la hicieron una adversaria formidable. Los aldeanos observaban con asombro y terror, sin saber si su inusual invitada podría superar a la bestia que tanto temían.

Finalmente, después de una feroz lucha en la que los poderes únicos de Dravina hicieron temblar el suelo y el cielo, el colosal dragón presentaba heridas profundas, sangre negra manchando sus escamas rojas resplandecientes. A pesar de la intensidad del enfrentamiento, Dravina se mantenía firme, aprovechando su aliento de dragón para envolver al monstruo en llamas ardientes y desencadenar su fulgor mágico en cada golpe. El bosque se llenó con el rugido del dragón y el estallido de su furia. Finalmente, exhausto y herido, el dragón retrocedió hacia la profundidad del bosque, sus ojos dorados ardiendo de impotencia. Pero antes de desvanecerse por completo en la oscuridad de la noche, la bestia se transformó en una hermosa mujer, mitad humana y mitad dragón. Sus escamas rojas se desvanecieron gradualmente, revelando una piel humana de tono cálido y radiante.

Con una sonrisa de gratitud, la misteriosa mujer agradeció a Dravina por liberarla de la maldición que la había atormentado durante siglos. Sus palabras resonaron con una mezcla de alivio y esperanza, y su mirada se llenó de profundo agradecimiento. Lentamente, su forma se desvaneció en un resplandor dorado, como si se estuviera fundiendo con la misma noche, dejando a los aldeanos atónitos ante el asombroso giro de los acontecimientos en aquella noche de Halloween.

Desde ese día, Halloween se convirtió en una celebración aún más especial para los aldeanos, donde recordaban la valentía de Dravina y celebraban la liberación de la hermosa mujer dragón. La historia de Dravina y la transformación de la bestia en una protectora del bosque se convirtió en una leyenda y se esparcio por el mundo entero, recordando que incluso lo más aterrador puede revelar belleza y bondad si se le da una oportunidad.

Dravina siguió su viaje por todo el mundo, acompañada de su fiel corcel, Helsmare, cuyo pelaje blanco como la nieve relucía a la luz de la oscuridad, y su hada protectora, Omega, cuyas alas destellaban con un fulgor mágico. Juntos, recorrieron tierras lejanas y enfrentaron desafíos inimaginables, llevando consigo la leyenda de su valentía y la magia que los unía.

Por doquier, el reino se llenó de innumerables historias y relatos que florecían a su paso, y su leyenda no dejaba de crecer. Cada rincón de la tierra llevaba el eco de sus hazañas y la magia de su legado, inspirando a generaciones presentes y futuras.

FIN.